Pena, penita, pena

Precisamente después de mi reflexión final del post anterior, el mismo jueves el alcalde de A Coruña tomaba una decisión que podíamos leer en varios titulares:

El gobierno local descarta solicitar que A Coruña sea denominada Ciudad Picasso (La Voz de Galicia)

El gobierno local reduce su promoción de Picasso a la Casa Museo (Cadena Ser)

Una decisión que no ha cogido por sorpresa a nadie dada la falta de interés mostrada hacia este recurso desde el nombramiento del nuevo gobierno. Pero sí, se hacía oficial la decisión de apartar el tema picassiano de las prioridades culturales del Ayuntamiento. Comentaban que mantendrían la Casa museo Picasso, algo que agradecemos dadas las dificultades y el tiempo que ha pasado para que por lo menos haya «algo» tangible a lo que aferrarse. Hecho que por cierto debemos agradecer a la Asociación Pablo Picasso por su lucha para que en su día se comprara el segundo piso del edifcio en Payo Gómez.

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Nos podemos preguntar los motivos por los que se ha decidido rechazar la gestión de este recurso cultural.

  • ¿Puede ser que sea, como ya reflexionaba en mi post anterior, la necesidad de desvincularse de toda iniciativa impulsada por el anterior gobierno?
  • ¿Será porque el desembolso económico que se debería realizar para continuar con el impulso programado para este recurso sea efectivamente superior al que nos podemos permitir?
  • ¿Será porque al no tratarse de un artista autóctono no interesa invertir ya que no estaríamos desarrollando ningún aspecto de la cultura coruñesa y/gallega?

Todas estas hipótesis se podrían analizar en profundidad, llegando a entender en parte algunos planteamientos propuestos por el gobierno local. Sin embargo lo que parece difícil de entender es que no estamos hablando de un personaje cualquiera, estamos hablando de PICASSO.

Cualquier pueblo o ciudad estaría encantado de haber vivido la remota casualidad de que el artista mejor considerado del siglo XX hubiera vivido y desarrollado sus primeros dotes artísticos en su zona. Algunos dirán, a A Coruña no le hace falta Picasso. Cierto, A Coruña se ha desarrollado en las últimas décadas ofreciendo a la población local y turistas una variedad de productos muy amplia referentes a su gastronomía, cultura, arte, deporte, etc. Pero no estamos decidiendo si debemos crear un producto nuevo de la nada o no, simplemente estamos decidiendo cómo queremos contar algo que pasó hace 120 años.

A nadie se le ocurriría obviar el trabajo realizado por Emilia Pardo Bazán o Rosalía de Castro, pero la forma de contarlo, exponerlo o promocionarlo puede repercutir tanto en su grado de conocimiento como en la imagen de la ciudad.

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Para mí, A Coruña ya es una Ciudad Picasso, no debe venir nadie a decirnos que no le apetece conseguir ese «título». Lo es por las cientos de obras que pintó Picasso aquí, por haber vivido en plena Plaza de Pontevedra, por haber estudiado en la misma escuela en la que estudian cientos de niños coruñeses todavía a día de hoy o por haber pintado la Torre de Hércules tal y como la podemos ver hoy también.

No será tan insignificante (como para obviarlo) su período coruñés cuando en el 2012 se subastó en Christie’s un cuadro de esta época por 2.6 millones de euros. Y no estamos hablando de dinero, estamos hablando de importancia, de repercusión y de sentido común.

Es cierto que este mismo lunes, en la presentación del Concurso de Dibujo Picasso Coruñés, el Ayuntamiento rectificó su posición dando a entender que su intención era seguir vinculando al autor con la actividad cultural, turística y de promoción de la ciudad. Esto se deberá demostrar con hechos porque por lo de pronto han pasado meses, desaprovechados, en los que no se ha hecho nada al respecto más que perder oportunidades y tiempo.

Para finalizar, quiero matizar que este post no pretende ser un ataque político o personal hacia ningún partido en concreto. Apoyo al actual gobierno en muchas iniciativas que ha tomado y soy consciente de temas prioritarios que deben ser tratados y solucionados. Temas referentes a necesidades primarias que por supuesto deben anteponerse a aspectos culturales o turísticos. Pero ello no significa que no se pueda actuar con cabeza, luchar con el presupuesto con el que se cuente, asesorarse bien con expertos en la materia y tirar para adelante con lo que haya. Siempre se puede hacer algo, algunos incluso lo haríamos de manera desinteresada.

A continuación os dejo una interesante reflexión que realiza Consuelo Bautista en su blog de la Cadena Ser titulado La Copa del Rey, Picasso, la música y las prioridades.

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2 comentarios sobre “Pena, penita, pena

  1. Espero que no sea tema de dinero, porque por si alguien no se había dado cuenta todavía, para generar puestos de trabajo y beneficios económicos primero hay que invertir. Quizás no sea algo prioritario el turismo, no sé por qué ya que es uno de los motores económicos de la ciudad. Y no solo de lacón con grelos vive el hombre.

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    1. Totalmente de acuerdo con tu reflexión. Aún así, si por lo que sea la situación es más precaria que en otra época, son muchas las iniciativas que se pueden llevar a cabo para no dejar «morir» este recurso y que no implican un desembolso económico muy grande. La pena es su desvinculación total, veremos qué pasa en los próximos meses. Gracias por tu comentario.

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