Pablo Ruiz Picasso nació en Málaga el 25 de octubre de 1881. Para explicar la relación del artista con España he escogido los cinco principales destinos que guardan una estrecha relación con él.
Los tres más importantes son las tres ciudades donde residió con su familia.
La primera Málaga, su ciudad natal, donde Picasso es uno de sus principales embajadores a nivel internacional. A pesar de que no volvió a residir en esta ciudad de la Costa del Sol siempre la recordó por su clima agradable y por ser el lugar de residencia de prácticamente toda su familia.

La segunda, A Coruña, lugar donde se mudó con su familia y donde residió durante casi 5 años. En esta ciudad se empezó a formar como artista al acudir a la Escuela de Bellas Artes y allí expuso sus primeras obras.

Por último, Barcelona, ciudad en la que evolucionó como pintor, entabló relación con otros compañeros de profesión y a donde volvía cada vez que tenía que desconectar de París.
Estas tres ciudades forman parte de su vida, marcando su infancia y adolescencia y como no, su forma de pintar. Estas tres ciudades conforman el triángulo picassiano.
Existen además, otros dos pueblos importantes en los que si bien no vivió, sí guardan relación con el pintor. Uno es Buitrago del Lozoya, una pequeña localidad de la Sierra de Madrid, lugar donde nació Eugenio Arias, barbero e íntimo amigo de Picasso durante su exilio francés. Arias cedió a su pueblo natal una colección de obras del pintor, por este motivo la Comunidad de Madrid creó un museo. Esta colección se ha cedido en varias ocasiones para ser expuesta en otros lugares de España.
El último destino es Horta de Sant Joan, en esta localidad catalana Picasso pasó dos cortas estancias de su vida acompañado por un amigo, Miguel Pallarés, nativo de este pueblo. A raíz de esa relación se creó el Centre Picasso.