Mi única experiencia en las Canarias había sido hasta la fecha Lanzarote. Tengo muy buenos recuerdos de ese viaje ya que fuimos en Noviembre y el hecho de pasar tu cumpleaños en la playa resulta tremendamente agradable. Nos había llamado mucho la atención su aridez y sus paisajes rocosos que encontrabas por todas partes.
Cuando decidimos el destino de estas vacaciones por tema de precio y fechas Fuerteventura era la opción más adecuada. Por su cercanía a Lanzarote asumimos que el paisaje sería similar, y no nos equivocábamos.

Bajo mi punto de vista Fuerteventura no tiene tantos puntos turísticos de visita obligada. Esta isla, declarada reserva de la biosfera por la Unesco en el 2009, se visita y se conoce alquilando un coche y recorriéndola tanto por el interior como por la costa. Tiene una gran cantidad de playas «vírgenes» cuyo acceso puede resultar un tanto complicado pero que te ofrece imágenes como las siguientes.




El acceso a esta última playa, Cofete, es a través 40 minutos conduciendo por un camino pedregoso. A pesar de no tener un todoterreno allí nos fuimos subiendo y bajando la montaña al borde de los acantilados. La playa está completamente desierta y parece no acabar nunca. Nos cuadró un día bastante nublado pero con mucho calor. La vista desde el mirador que nos encontramos a mitad de camino ofrece una panorámica general.
Una excursión recomendada es la visita a la Isla de Lobos. Existen varias compañías que ofrecen traslados en barco hasta la isla, el trayecto dura unos 15 minutos y el precio ronda los 15€ por persona. Se puede pasar el día allí recorriendo la isla o simplemente en sus playas. En la isla hay un restaurante que ofrece paella o pescado como platos únicos. En época estival suele estar todo reservado ya que su capacidad es reducida, sin embargo te ofrece la posibilidad de recoger la comida y comerla por tu cuenta en la isla.

Un gran viaje que no me importaría repetir, aunque como digo siempre, hay mucho mundo por visitar!