Esta semana el diario El País sorprendía con una noticia referente a Picasso. Al parecer, tras dos años de investigación, el Centre d’Art d’Època Moderna de la Universitat de Lleida ha atribuido al pintor cuatro dibujos que podrían encajar por fechas en su época coruñesa.
Estos dibujos muestran escenas caseras cotidianas en las que aparece el padre del Picasso pintando en su estudio o varios miembros de su familia en un salón. La firma, P. Ruiz, coincide con el resto de obras firmadas de la época, así como el material del papel, utilizado a finales del siglo XIX por todas las escuelas de arte de España. Dibujos que no destacan por su alta calidad pictórica pero que, si se confirma que son del gran artista, pueden ser claves para entender el proceso hacia la madurez artística de Picasso.
Fecharlas con exactitud puede ser una tarea complicada, ya que son dibujos a mano alzada de momentos familiares puntuales. Los dos dibujos que muestra el artículo del País no coinciden con ninguna de las estancias de la Casa museo Picasso en A Coruña. Además, el artículo señala que dentro del ambiente doméstico que dibujó Picasso estaría también la tía del mismo, por lo que la etapa coruñesa también estaría descartada de ser así.
Los dibujos pertenecen a una persona anónima que, vista la firma, decidió encargar un estudio. El periódico muestra solo dos de los cuatro que se menciona en el artículo. Como comentábamos antes se pueden adivinar algunas figuras de la familia Ruiz Picasso como el padre, la madre y la hermana pequeña del artista.
A menudo me pregunto cuantos dibujos y cuadros habrá de Picasso guardados en desvanes o colgados en salones de casas ajenas. En vida confirmó que pintó cientos de cuadros en su preadolescencia, por lo que estoy segura de que seguirán apareciendo con el paso de los años. Mientras tanto solo nos queda esperar a que los herederos de Picasso decidan autentificar estos cuatro dibujos y poder contextualizarlos debidamente.
El vértice coruñés de Picasso 